La luz al final del túnel parece ser el subte
Cuando una crece no se da cuenta de lo rápido que pasa el tiempo. En mi mente no ha pasado casi nada de tiempo desde el año que cumplí veintiuno y me encuentro con que se están por cumplir exactamente diez años de esa fecha. Quizá suene a un cliché tremendo, pero de verdad se puede sentir, como con cada año que pasa, los sueños comienzan a morir.
¿Les pasó que de peques querían tener carreras super locas? Desde arqueóloga, hasta cantante famosa, ¡tuve un millón de sueños enormes! Lamentablemente a medida que fui creciendo, se fueron evaporando y volviendo imposibles.
Ya sea porque la carrera no estaba en mi ciudad, o porque las universidades privadas eran muy costosas, etc. Siempre aparecieron razones para demostrarme que lo que quiero y lo que puedo, son prácticamente opuestos en la misma cuerda floja.
Como decía antes, este mes cumplo treinta y uno y pocas veces antes me he sentido tan lejos de cumplir la gran mayoría de mis sueños.
Tengo un trabajo a tiempo completo, horario de comercio cortado, que me ocupa todo el día. Y las horas que no paso ahí, las dedico a recuperarme del trabajo. [ay, que exagerada! No?] pasa que no estoy detrás de un mostrador esperando que entre un cliente, me paso el día corriendo de arriba a abajo, haciendo fuerza que no tengo para acomodar mercadería, subiendo y bajando escaleras, limpiando y todo con una sonrisa. Si no hago todo eso en modo turbo me dicen que soy lenta "que pase de gas a nafta" cuando en realidad me duele todo.
También agreguemosle, que a veces los de arriba no están con el mejor humor, o que les gusta explicarte las cosas de tal manera que se aseguran que te sientas una imbécil.
Tengo muchas ampollas en los pies, me duelen los talones y tobillos y siempre tengo los pies hinchados. Me duele la espalda y las manos y tengo sueño todo el día. Me paso 9 horas diarias deseando que el tiempo pase rápido para poder llegar a casa a dormir, porque es todo lo que mi cuerpo aguanta.
Y lo peor? No lo puedo dejar, porque es casi imposible conseguir otra cosa y no tengo otra forma de poder alquilar. [Suspiro profundo]
No recuerdo la última vez que me senté a escribir, no sé cuándo hice cualquier cosa que no sea trabajar y dormir. Ahí está mi sueño de vivir del cosplay, no tengo tiempo para hacer fotos [De todos modos no importo para nada en ese ambiente así que es lo mismo xD]. Ahí está también mi último gran sueño, escribir un libro y poder comer de lo que escribo.
Un minuto de silencio, para la esperanza.
Perdón por usar este espacio para quejarme y desahogarme. Siento que estoy en un tobogán gigante hacia la nada. Mi única ancla es Fede, porque tampoco tengo mucha gente conmigo. Es el problema de caerle mal a medio mundo y que el otro medio se haya ido de la provincia.
Deseaba que este año fuera diferente y se me dio. Nunca había tenido un mes tan agotador ni estresante.
Este año quería volver a estudiar pero no voy a poder. Solo espero no terminar de bajar por este espiral y encontrarme contra una pared de concreto.
Pensé y deseé que mi vida fuera diferente.
Resulta que no soy especial.
Ni talentosa.
Ni suertuda.
Luchen por sus sueños cuando todavía son jóvenes, vayan y consigan lo que desean. Después se nos caen todos los años encima y nos damos cuenta que el peor mes de nuestras vidas es lo que nos espera los próximos años.
Les dejo un abrazo. Gracias por pasar.
Raven.-