Hace poco más de un año escribí lo que sería la última entrada publicada en este blog, hasta ahora. Se trata de un texto quejumbroso y bastante oscuro que narra los sucesos que me rodeaban en aquél momento. Básicamente no era feliz, y ese dolor tan grande que sentía me acompañó durante todo un año, haciéndose cada vez peor. Pero dicen que todo tiene que empeorar antes de mejorar, ¡Y vaya que empeoró!
Con el pasar de los meses fui notando algunos cambios en mi cuerpo, el estrés me estaba haciendo daño. Sufría acidez, migrañas, dormía muy mal y tenía un mal humor casi constante que intentaba ocultar tras falsas sonrisas. La presión constante del trabajo me tenía tan ansiosa y deprimida que ya no sabía ni quien era. Incontables veces llegué a mi casa con los ojos llenos de lágrimas por haber sufrido algún maltrato o injusticia. Pero ¿saben que era lo peor? Encontrarme a mi misma repitiendo un círculo del que no podía salir.
El ciclo sin fin
En ese momento vivía con mi ahora ex pareja, alquilamos un monoambiente diminuto que me quedaba a 5 cuadras del trabajo y por azares de la vida, yo era el sostén económico de la casa. Por más que yo odiara mi trabajo, que más de una vez maldijera el haber vuelto a despertar sana y con vida [Sí, que exagerada ¿verdad? a cada quien la depresión le susurra lo que se le antoja] no tenía opción más que seguir allí.
Trabajaba casi todo el día.
Para ganar un escaso dinero.
Que me permitiera tener techo y comida.
Para poder seguir trabajando todo el dia.
Para ganar un escaso dinero...
Más que viviendo estaba sobreviviendo, vendiendo lo más valioso de mi, mi poco tiempo de vida en este mundo, a cambio de sobras que no alcanzaban a cubrir ni el salario mínimo que debería haber ganado por ley.
Pero la vida pone a cada mono en su circo
Unos meses más tarde mi pareja se rompe y yo vuelvo a vivir sola. Re-descubro entre otras cosas el placer de estar conmigo, de cuidarme y no rendir cuentas a nadie. Pero poco me dura la soltería ya que Alex [Mi actual pareja] aparece en mi vida para hacerla más feliz.
Gracias a él comencé a hacer otras cosas, a animarme a disfrutar de mis pocos ratos libres y a salir del tupper para divertirme sin miedo. Me sentía amada, querida y valorada. Pero mi vida laborar seguía igual, cada vez peor porque se acercaba la temporada escolar. Tuve miedo por un segundo de haberme acostumbrado a los dolores y las injusticias, pero luego noté que no, que en realidad mi cuerpo lo estaba demostrando. Comencé a perder mucho cabello, se me caía de a mechones.
Para colmo de males, me aumentaron el alquiler casi mil pesos más de un mes para el otro y sentí que mi cabeza estaba a punto de explotar. Cuando estaba ahí en lo más profundo del pozo, mirando el borde del precipicio como si estuviera hecho de caramelo, miré hacia atrás y vi todo el apoyo que me rodeaba.
Mi madre me ofreció volver a casa, al principio me pareció mala idea pero lo acepté, me mudaría para finales de enero. Un amigo (Fëanor) me hizo dar cuenta de las cosas que tenía frente a mi y no estaba viendo, y por eso le debo la gratitud eterna. y Alex me dio todas sus ideas y más importante aún, su apoyo y ayuda incondicional.
El final que nunca esperé
En resumidas cuentas, han pasado unos 13 meses desde que escribí la entrada anterior dónde lo único que veía hacia adelante era oscuridad. Pero luego de enfrentarme contra muchos de mis demonios [Y algunos ajenos también] Puedo decir que:
- Dejé mi trabajo tóxico [En serio, nunca trabajen ahí] y ahora estoy trabajando como profesora de inglés en el mejor instituto de mi ciudad.
- Me mudé a la casa de mis padres, lo que es bueno porque puedo pasar más tiempo con ellos y no necesito gastar medio sueldo en un alquiler.
- Estoy en pareja con mi Alex que es una hermosa persona, por dentro y por fuera y que me alegra la vida con su sonrisa perfecta [love ya]
- Estoy retomando los estudios, en la ulp a distancia e intentando reincorporarme al IFDC
- Conocí a mi amigo Fëanor que me mostró más de un camino y me hizo descubrir cosas de mi misma como...
- Mi pasión por la cocina! Resulta que siempre me encantó cocinar, pero nunca me lo creí jajaja.
Estoy muy feliz con mi vida en este momento y planeo seguir esforzándome para que eso no cambie. Todavía me cuestan algunas cosas como soñar a lo grande o tener grandes esperanzas, pero estoy segura que hasta eso se puede lograr con el tiempo.
Muchas gracias por haber leído esto, en verdad aprecio que me regalaras esos minutos. Quiero volver a escribir en el blog porque es algo que me llena y me hace feliz así que esperen cosas nuevas --Dijo, pero en el fondo sabía que muy probablemente, nadie, jamás iba a leer esta publicación.
Un abrazo grande, que pases un hermoso día.
Raven.-